Un año después del cierre de la factoría de Delphi, el 31 de julio de 2007, el antiguo presidente del comité, Antonio Pina, hace análisis en una carta: “A mitad de camino”
El próximo jueves día 31 de julio, por la cabeza de muchos ciudadanos de la provincia de Cádiz pasarán las sensaciones de esa misma fecha, pero del año pasado. Ese día, aunque muchos aún no querían creerlo, cerraba para siempre la factoría de Delphi en Puerto Real.
El jueves se cumplirá el triste aniversario de un cierre que dejó sin trabajo a casi 2.000 personas, entre fijos, eventuales y trabajadores de industria auxiliar. Ahora, un año después, el que fuera líder de aquella plantilla como presidente del último comité de empresa de la planta, Antonio Pina, ha querido recordar aquellas sensaciones y plasmar su opinión sobre cómo están las cosas. A través de una carta, Pina revive los duros momentos y también confía en las apuestas políticas para recolocar a la plantilla y reflotar el sector industrial en la Bahía.
Para comenzar, el ex presidente del comité reconoce que “ha pasado poco más de un año y aún cuesta asimilarlo. Después de una intensa lucha en la que se involucró toda la sociedad gaditana, donde recibimos el apoyo y solidaridad de los andaluces y de la opinión pública de un país; después de luchar por nuestra dignidad y por la continuidad de nuestros puestos de trabajo, en la larga jornada del cuatro de julio del pasado 2007, se rubricaba el acuerdo por el que las representaciones sindicales, agentes sociales y autoridades laborales pactaban con la dirección de Delphi las condiciones que tendría que cumplir para desvincularse de sus trabajadores y proceder al cierre de sus plantas de componentes para el automóvil de Puerto Real”.
Pina recuerda que, a pesar de “algunos nervios y desilusión, todo por lo que habíamos luchado estaba contenido en dicho acuerdo”. Así, explica que “reivindicamos nuestro puesto de trabajo y que el suelo de Delphi acogiera nuevas empresas donde continuar trabajando y ese objetivo quedó plasmado en ese papel”. Sin embargo, añade que “es cierto que nada evitó que aquel triste 31 de julio se hiciera realidad nuestra salida de la fábrica, pero inmediatamente nos ilusionamos con la esperanza de que los compromisos adquiridos por el Gobierno central y la Junta de Andalucía con los trabajadores se hicieran realidad dentro de los plazos establecidos”.
Hoy, poco más de un año después, “vuelvo la vista atrás y compruebo que ya tenemos recorrido una buena parte de ese camino que nos marcaba el acuerdo del 4 de julio, donde además de fijar la cuantía de las indemnizaciones, se estableció lo que más valor tiene para nuestro futuro y el de la Bahía, la cesión de los terrenos para uso industrial, para que regeneren el tejido industrial y facilite las recolocaciones del personal afectado por la deslocalización de Delphi”, añade.
En este tiempo, según Pina, se han desarrollado los diferentes protocolos surgidos de la aplicación del acuerdo. La inclusión en el colectivo de afectados de los trabajadores de la industria auxiliar y “a un buen número de eventuales que un día fueron parte de la plantilla”. Un año después, continúa Pina en su carta, “seguimos teniendo el apoyo social y popular que tanto nos sirvió para hacernos fuertes en la negociación; a pesar de que algunos se empeñen en hacer ver que la gente de Delphi es privilegiada”.
Sin embargo, reconoce contratiempos: “En este tiempo, las mayores zancadillas las hemos sufrido desde dentro, la utilización de nuestra inquietud para fines distintos a los objetivos de los trabajadores la seguimos sufriendo dentro de nuestras filas. Por eso, ni nos engañemos ni dejemos que nos manipulen”. Y, para ahondar en ello, pide a “quien tenga memoria”, que recuerde sus palabras en las asambleas de trabajadores: “Tenemos dos años de paro y esperaremos que en ese tiempo vengan a instalarse las nuevas empresas a los terrenos de Delphi para volver a trabajar, y que se utilice el suelo para industria, no para servicios, porque esa es la única forma de generar riqueza para la Bahía”.
Por eso, cree que si la solución llega antes, “mejor, pero si tenemos que continuar esperando, solo estamos a mitad del camino. Queda tiempo y nuestras ilusiones y esperanzas continúan intactas, porque en el camino recorrido hemos conseguido tener elementos de juicio para saber que se trabaja para cumplir con los compromisos dentro de los plazos establecidos”.
Por último, el que fuera presidente del comité de empresa de Delphi Puerto Real expresa un firme deseo: “Que de las cenizas de Delphi, otro nuevo, con el nombre que sea, surgirá y es ese el día que espero con ansiedad, en el que los profesionales dejemos de esperar y regresemos a nuestros puestos de trabajo. Entonces, junto a la sociedad gaditana y andaluza, que tanto apoyo brindó a estos trabajadores, gritaremos lo más alto posible Delphi no se cierra“.
DIARIODEJEREZ