martes, 19 de agosto de 2008

Delphi: La polémica no descansa

Delphi sigue generando actualidad incluso en verano, con el anuncio de más cursos, nuevas empresas y la afiliación al PSOE de Antonio Pina

Cerrada por quiebra, la planta de componentes para el automóvil que Delphi tuvo en Puerto Real no cierra por vacaciones en cuanto a noticias se refiere. En pleno agosto, y entre barbacoas y operaciones especiales de tráfico,la Junta hace balance de actuaciones y anuncia el inminente comienzo de los cursos definitivos (con compromiso de contratación para los afectados), llueven los contratos millonarios para empresas que aún no tienen ni el suelo para instalarse pero que serían la panacea de las recolocaciones y hasta queda sitio para polémicas, como la surgida tras conocerse la afiliación al PSOE del ex presidente del comité de empresa de la factoría puertorrealeña y voz cantante de las protestas, Antonio Pina.

La palabra Delphi añadida a una noticia adquiere dimensiones que suenan a desproporcionadas. Algo normal, si se tiene en cuenta que hubo casi 2.000 personas que perdieron su trabajo de un día para el otro. Y que los Gobiernos central y autonómico han invertido cantidades ingentes en paliar las consecuencias de aquella regulación de empleo salvaje: 165 millones de euros destinados a buscarle un futuro a las 1.868 personas. Esta cantidad incluye desde los 35 millones que se están gastando en los cursos de formación (a lo largo de todas sus fases) a las ayudas directas, incentivos o subvenciones que se están otorgando a empresas para que enriquezcan el tejido empresarial de la Bahía.

Muchas de ellas asumirán a parte de los antiguos empleados de la multinacional y, si todo sale bien y los anuncios se confirman, la decena de firmas que ha planeado su implantación podría crear, en conjunto, más de 4.000 nuevos empleos. «Eso es lo que verdaderamente importa y para eso estamos trabajando desde el Dispositivo de Tratamiento Singular de los afectados de Delphi», explica Antonio Pina, representante de Comisiones Obreras en dicha oficina de seguimiento de las recolocaciones y alejándose de esta forma del revuelo causado en torno a su afiliación política.

En la misma línea de olvidarse de «cuestiones anecdóticas» se expresa el portavoz de UGT, José Barriga, quien denuncia «la persecución que sufre nuestro compañero cuando todos deberíamos arrimar el hombro para conseguir lo que todos queremos: un empleo digno para los ex trabajadores de Delphi». Barriga recuerda «que en mi sindicato hay gente de todos los colores políticos y eso es una decisión personal que intercede en el trabajo diario».

Bastante más intercede en el día a día los problemas en torno a la llegada de nuevas empresas a la Bahía gaditana. «Hay unos plazos, sabemos que es difícil cumplirlo a veces, pero queremos que se aclaren las cosas», advierte el portavoz de UGT directamente a la Junta de Andalucía. «Esperemos que en septiembre se retome la normalidad y se avance definitivamente, porque aún no nos han informado ni de esos nuevos cursos», añade Antonio Pina.

La parte crítica

Y si la impaciencia se deja traslucir entre los sindicatos mayoritarios, los minoritarios sí que lo ven de color más oscuro. El secretario general de la sección sindical de CGT en Delphi, Isidro Jiménez, recuerda «que aquí se anuncian muchas cosas y no viene nadie». Que Alestis, en caso de ganar los concursos de los que se habla, no podría fabricar en la Bahía antes de 2011; que algunas empresas se han echado atrás en sus planes y el sector de las renovables está cancelando proyectos en toda España; que la formación específica sigue sin iniciarse año y medio después (ya se verá lo que ocurre en septiembre) y que «seguimos sin tener nada de nada por culpa de la incompetencia de la Junta», zanja Jiménez.

Además, y en cuanto a la afiliación de Pina, la CGT opina que «cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero la lógica no casa muy bien con el hecho de que el responsable de negociar esté en el mismo bando que la otra parte negociadora». Desde el cuarto sindicato representado en Delphi, la USO, no se quiso valorar la decisión, por considerarlo una cuestión completamente personal.

amedina@lavozdigital.es

ANTONIO PINA

«Tengo la conciencia muy tranquila»

HACE UN AÑO. Antonio Pina, a la entrada de Delphi. / F. JIMÉNEZ

«Tengo la conciencia muy tranquila»

El representante de CCOO en el Dispositivo de Tratamiento Singular (oficina que tramita y gestiona el día a día de todo lo relacionado con los ex trabajadores de Delphi), Antonio Pina, está indignado por que se haya aireado su afiliación política al Partido Socialista. «Me parece una persecución y una forma de desviar la atención sobre lo único que realmente importa, que es la recolocación de todos los afectados por el cierre de la multinacional», explica. «Yo no tengo por qué dar explicaciones de mis opiniones políticas y la libertad de pensamiento es algo que recoge la mismísima Constitución, por lo que creo que se están vulnerando mis derechos», añade el que fue último presidente del comité de empresa de la planta.

Pina se remite a «todo lo que hecho a lo largo de estos meses por los trabajadores; nunca he engañado a nadie, siempre he trabajado por lo mejor de todos ellos y, desde luego, puedo decir que tengo la conciencia muy tranquila». El miembro de CCOO dice sentirse arropado por su sindicato y, desde luego, tres de los cuatro grupos representados en Delphi (CCOO, UGT y USO) no han querido valorar la decisión o bien han defendido abiertamente la libertad política de Antonio Pina.

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